Se cayó un tren
Publicado originalmente en mi muro de Facebook el 5 de mayo de 2021.
Se cayó un tren y el pueblo se indignó, salió a clamar justicia, así como lo hicimos hace menos de un mes por la mujer que murió asesinada a manos de los policías.
¿Alguien recuerda su nombre? No.
Se cayó un tren y el pueblo lloró, sufrió, declaró luto nacional, así como lo hicimos cuando murieron calcinados unos niños en una guardería, hace ya 12 años.
¿Alguien recuerda el número de infantes fallecidos? No.
Se cayó un tren y las madres salieron a los hospitales a buscar a sus hijas, así como lo llevan haciendo desde el inicio de una guerra sin cuartel en contra del narcotráfico.
¿Alguien recuerda el sufrimiento o las exigencias de esas madres? No.
En un país que no tiene memoria de Acteal, Atenco, Ayotzinapa, ABC, Victoria, Tlatelolco, las explosiones en Analco, las narcofosas de Veracruz, las muertas en Juárez, no se puede pedir justicia.
En un país es donde es más importante pensar en elecciones que en culpables, no se puede exigir acción.
En un país plagado de muerte, no podemos perder la sensibilidad ni la empatía.
En un país que sufre, lo importante es no olvidar que las tragedias tienen nombre y apellido.
Se cayó un tren y los trenes no se caen porque sí.
No dejemos que nadie nunca lo olvide, porque con cada muerto borrado de nuestra memoria, se pierde el ideal de justicia de cientos de miles de mexicanos, que hoy, no van a sentarse a la mesa con sus seres queridos.